jueves, 20 de mayo de 2010

COMO HAY CONFIANZA...


Que clásico.
Hay gente que maneja muy mal las relaciones personales y yo me planteo que buena culpa de ello lo tienen las redes sociales y el Messenger.
Me explico.
Tu que me conoces bien sabes que si hay algo que no soy es preponente…” decía el cretino ese, “y ya sabes que para eso soy un perfeccionista…”decía el chapuzas y “tu sabes que no soy sospechoso de…” comentaba el extremista. ¿Porqué me intentas hacer parte de tu autoafirmación? es que, de hecho, pienso exactamente lo contrario. Quiero decir que, cuando comunicamos algo, tenemos que tener en cuenta al que tenemos delante y no presuponer que piensa igual que nosotros.
Luego está el “-como hay confianza…”. Ya. Pero es que te acabo de conocer porque te ha enviado el hermano de un primo de la becaria. Hay gente que no entiende el verdadero significado de la confianza, o lo mezcla con el de las referencias
Finalmente tenemos a –relativo a las agencias o patrocinados- “nada, esto se lo saco yo a estos que no se enteran de nada…” ¿Porqué tengo que pensar que no me vas a hacer lo mismo a mi? Ya, probablemente porque “hay confianza” y “yo que te conozco, se que nunca me fallarías
Como decía al principio, de todo esto tienen la culpa facebook, Messenger, los SMSs y todos los sistemas de comunicación escrita rápida.
Esto es porque no sabemos utilizar la palabra ya no entendemos que la palabra escrita pierde matices, no tiene altibajos, ni entonación, ni sonrisas solapadas, ni cara de ironía. En este caso recurrimos a los emoticonos “;-P” que son asquerosos o, peor, al “jejejejej” que me revienta. También porque no sabemos expresarnos con concreción y recurrimos a frases hechas que, sin contexto como sucede en el Messenger, pierden sus matices y su adaptabilidad al discurso. Finalmente porque, como no sabemos como concretar lo que queremos decir, nos ponemos el disfraz espiritual para que los demás descifren el mensaje (típico comentario en facebook: “El sol sale todos los días”)
A ver, si no estás seguro de que me vaya a hacer gracia, no seas sarcástico. O si esa frase hecha no define exactamente lo que piensas, redáctalo menos creativo pero más concreto. Y si no sabes lo que quieres decir, no seas críptico, simplemente callate…



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sábado, 1 de mayo de 2010

PEGADO A LA BANDA


Hace tiempo leí en la columna de Valdano una descripción de Beckham en la que decía que todos los entrenadores tenían la tentación de ponerlo en el centro del campo por su excelente desplazamiento del balón pero que, en realidad, Beckham necesita la presión de sentirse atrapado entre la banda y el rival para sacar el pase magistral. Venía a decir que su talento solo aflora bajo presión.
Eso es algo que se aprecia en muchos deportistas y también en muchos profesionales. No es que la falta de presión los acomode, sino que sin ella no son capaces de aplicar movimiento porque no se sienten cómodos planificando. Suele ser gente que necesita la sensación de movimiento permanentemente, de “estar estresados”. Sin esa tensión autogenerada, se pierden. No saben por donde empezar, no ven el camino a seguir porque, de tanto mirar aquí cerca, han perdido la capacidad de enfocar en lo lejano.

En mi caso es algo diferente. Con el tiempo he ganado visión en perspectiva y el ritmo asfixiante que era mi hábitat, ahora me aburre. Me divierte tomar las decisiones de corto a largo. Es como si donde parece que estoy intentando convencer a alguien de algo inmediato, en realidad estuviese intentando ganármelo a largo plazo.
Lo que me motiva a escribir esto es que, en ocasiones, aparecen momentos en los que me viene un centrocampista a presionar en la banda y entonces, cuando la tensión es insostenible, me sigue saliendo el pase resolutivo. Lo cierto es que lo vivo como desde fuera, como observándome a mi mismo pero al mismo tiempo disfrutando del juego
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