Hace dos años que mi hijo da clases de piano.
Al principio
le gustaba la matemática del asunto pero últimamente parece que está cogiendo
el tiempo y el ritmo. Digo “parece” porque en casa no tiene piano y, por tanto,
nunca le he escuchado.
El otro día nos planteó que le gustaría tener uno en casa
para practicar. Enseguida entendió la necesidad de que se pudiese tocar con
cascos para respetar a los vecinos, pero se mostró muy exigente en cuanto al
contrapeso en las teclas y los pedales.
Fuimos a visitar varias tiendas y quedó prendado del Yamaha
Clavinova CLP 525 pero hay un problema: el piano cuesta 1.180€
Lo primero que testamos fue su compromiso comprobando que
estaba dispuesto a invertir todos sus ahorros en el proyecto: 153€
Sus padres decidimos invertir nuestros regalos de los
próximos cumpleaños –nuestro mejor regalo es su felicidad, al fin y al cabo-
Pero sigue faltando mucha pasta…
Así que decidimos que Álvaro aprendiese algo más que piano.
Que entendiese cómo funciona el mundo. Que más allá de tus objetivos está la
obtención de los recursos y el compromiso con tus inversores.
Le propusimos hacer una ronda de financiación.
Él, como es muy tímido y le costaba exponerse, propuso
hacerlo en vídeo para además tener mayor alcance y rapidez.
El resultado ha sido este.
En el proceso aprendió muchas cosas que a mi jamás me han
enseñado en mi época académica infantil y adolescente. Aprendió que nadie
invertirá en lo que a él le apetece, pero si en un niño más inteligente y más
educado. Aprendió qué es un inversor y el compromiso que generas con él.
Aprendió qué son las contraprestaciones. Aprendió a hacer las cuentas, sumas,
restas, etc para tener consciencia del capital necesario. Ahora está
aprendiendo la contabilidad y la diferencia entre el comprometido y el
efectivo. El niño está aprendiendo cómo funciona el mundo real.
Pues tan solo esto es lo que le pido al sistema educativo.
Me gustaría que mi hijo dedicase gran parte del tiempo que pasa en el colegio en
hacer cosas que se hacen en la vida real. Me gustaría que afrontase los casos
desde la motivación y el emprendimiento y que generase recursos y valor añadido
para sus propósitos con mayúsculas.
Pero recordemos la lección. Yo estoy dispuesto a invertir
también el ello y me comprometo a buscar entre las pasiones de mi hijo y
contribuir a su desarrollo con la intención de que, en un futuro, padres y
educadores vayamos a la misma velocidad.
Este post incluye publicidad realizada también por Álvaro en
su programa de radio casero “Las Cosas que Hace la Gente”
En su programa ha aprendido a hacer una reunión de
contenidos, a diseñar la escaleta. Yo le ayudo mucho a pulir el guión, pero los
temas son suyos. Finalmente lo imprimimos y grabamos en el iPhone haciendo las
tomas necesarias y dándole el brillo adecuado a la voz…
Como en la radio real
Como en la vida real
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