sábado, 1 de mayo de 2010
PEGADO A LA BANDA
Hace tiempo leí en la columna de Valdano una descripción de Beckham en la que decía que todos los entrenadores tenían la tentación de ponerlo en el centro del campo por su excelente desplazamiento del balón pero que, en realidad, Beckham necesita la presión de sentirse atrapado entre la banda y el rival para sacar el pase magistral. Venía a decir que su talento solo aflora bajo presión.
Eso es algo que se aprecia en muchos deportistas y también en muchos profesionales. No es que la falta de presión los acomode, sino que sin ella no son capaces de aplicar movimiento porque no se sienten cómodos planificando. Suele ser gente que necesita la sensación de movimiento permanentemente, de “estar estresados”. Sin esa tensión autogenerada, se pierden. No saben por donde empezar, no ven el camino a seguir porque, de tanto mirar aquí cerca, han perdido la capacidad de enfocar en lo lejano.
En mi caso es algo diferente. Con el tiempo he ganado visión en perspectiva y el ritmo asfixiante que era mi hábitat, ahora me aburre. Me divierte tomar las decisiones de corto a largo. Es como si donde parece que estoy intentando convencer a alguien de algo inmediato, en realidad estuviese intentando ganármelo a largo plazo.
Lo que me motiva a escribir esto es que, en ocasiones, aparecen momentos en los que me viene un centrocampista a presionar en la banda y entonces, cuando la tensión es insostenible, me sigue saliendo el pase resolutivo. Lo cierto es que lo vivo como desde fuera, como observándome a mi mismo pero al mismo tiempo disfrutando del juego
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