Lo contrario de sumar no
es restar
Lo contrario de sumar es
no sumar.
Ante la posibilidad de
vivir una experiencia de la naturaleza que sea, se pueden tomar dos caminos.
El primero es sumar.
Aceptar el reto y aplicar toda la energía en ello. En definitiva, poner pasión
a las cosas.
El segundo es no sumar.
Significa renunciar a sumar algo o, mas bien, a la posibilidad de sumar algo.
Puede ser por el coste energético que supone, pero pocas veces. Normalmente es
por el miedo a entrar en rutas indefinidas e inciertas.
Mi planteamiento es que
se produce una manifestación del yo supercontrolador en el que nos hemos
educado, el yo que solo se siente seguro en la predecibilidad y la
secuencialidad. Sin embargo, hoy en día es imposible garantizar que una acción, matemáticamente,
vaya a dar un resultado concreto porque el mundo es complejo y cambiante.
Creo firmemente que debemos
de teorizar menos y actuar más. Como el resultado es totalmente impredecible,
lo mejor es focalizar la energía en el proceso, en lo emocionante de explorar lo desconocido aprendiendo y enriqueciéndote por el camino.
Es como esa chica ideal
que, esperando al novio ideal para la relación ideal, pierde la oportunidad de
ir conociendo la compleja y fascinante naturaleza humana, de aprender de las
equivocaciones y de valorar las imperfecciones.
Es por ello que me
comprometo a no escatimar pasión, a no dejar rutas sin explorar, a nunca dejar
de ser curioso, a no dejar de asumir los riesgos... Porque la creatividad, la madurez y la intuición
se basan en la acumulación de vivencias y experiencias.
Lo otro sería...no sumar
.
.
.
Eso si, tengo claro que, a pesar de ello, la
pasión es lo que te mantiene joven.
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