Ahí va mi teoría.
Las personas somos buenas por naturaleza. Y también somos
chungos, muy chungos. Somos las dos cosas y podemos cambiar el registro de un
momento a otro sin mayor esfuerzo. Es como Pepe, el del Real Madrid. Todo el
mundo dice que es un buenazo, amigo de sus amigos y tal, pero luego es capaz de
cebarse a patadas con un jugador sin ningún tipo de contemplaciones. El
problema de Pepe es que sus dos lados son públicos, uno directamente y otro a
través de las personas que le conocen personalmente y elevan su opinión a
pública.
Vale, ¿y cómo se maneja esto?
Pues es la segunda parte de mi teoría. Creo que hay gente,
hay entornos y hábitats que hacen que salga el “yo bueno” de las personas, y
que lo haga durante una gran parte del día. No nos equivoquemos, el “yo malo”
sigue ahí, pero se atenúa, aparece menos. Llegado un momento puede haber un
ataque, pero si las personas o el entorno no le hacen mucho caso, no se
fomentará y acabará desapareciendo.
Es por ello que he elegido hace tiempo ver lo bueno de las
personas, y solo lo bueno. Porque si miras algo con buenos ojos, se acaba volviendo
bueno (al menos con respecto a ti). No es fácil, porque hay que hacerlo
honestamente, no se puede impostar, se notaría. Pero cuando lo haces descubres
que hasta la persona aparentemente más miserable está deseando sacar su lado
bueno y sentirse acogida, querida e integrada.
Del mismo modo he tratado de desarrollar el perdón, o más bien la
capacidad de perdonar. El resentimiento sirve para activar un mecanismo de
protección para que no vuelva a suceder lo mismo llegado un momento, por eso
perdonar es muy frustrante, porque te arriesgas a que te la vuelvan a jugar.
Sin embargo, he comprobado que compensa porque, en el balance final, no solo te
rodea de mejores versiones de las personas, sino que te quita mal rollo a ti
mismo.
El camino no es fácil porque cuando te enfrentas a la versión mala de alguien, te preguntas ¿porqué me pegas si yo vengo a darte un abrazo?. Incluso hay veces que, tratando de sacar lo bueno de la gente, ves que provocas lo malo. No se cómo, pero sucede y entonces te frustras, pero siempre he dicho que hay que ser fiel a las convicciones.
Dicho esto, si tuviese que elegir un rol en el mundo y en la
vida, elegiría ser una persona que saca lo mejor de los que le rodean. Tan solo
eso…
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PD. Pido indulgencia con la incongruencia que manifiesto millones de veces y no veo, pero no es el momento de echarme en cara mi lado malo
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