En las últimas fechas vengo dándole bastante importancia a
la fiabilidad en las personas. Lo que ocurre es que, como muchas palabras, con
el uso se ha desdibujado. Por ello,
me planteo reflexionar sobre lo que significa y tener una idea de si debo de
darle tanta importancia.
Según el diccionario RAE:
fiable.
1. adj. Dicho de una
persona: Que es digna de confianza.
2. adj.
Que ofrece seguridad o buenos resultados. Mecanismo
fiable. Método fiable.
3. adj.
Creíble, fidedigno, sin error. Datos fiables.
Y está bastante bien definido, pero cuando se trata de la
fiabilidad en las personas, quizás es necesaria una pequeña explicación.
Vamos con las tres acepciones, pero en orden inverso:
En primer lugar, una persona fiable es una persona creíble.
Debe de ser sincera y honesta, sin duda, pero además debe de ser fidedigna. Hay
una cosa que me pone muy nervioso y es cuando se re-escribe el pasado. Es
decir, cuando se habla de algo, se queda en que las cosas son de una
determinada manera pero, al cabo del tiempo, la narración que te hacen cambia
el contexto. Muchas veces es un truco mental que nos hacemos para dibujar el
pasado como nos hubiese convenido que hubiese sucedido, en cualquier caso sigue
implicando una falta de fiabilidad.
En segundo lugar, una persona fiable es una persona que
ofrece seguridad en el resultado. No es solo que ofrezca buenos resultados
–esto es subjetivo- sino que te transmita seguridad en cual va a ser el
resultado. Para mi, la clave de esto tiene que ver con las expectativas. De una
persona divertida te esperas diversión, de una persona reflexiva te esperas
reflexión, de una persona que te aprecia te esperas aprecio,… El salirse del
registro está bien en determinados momentos, le da gracia, pero cuando esto se
convierte en rutina da lugar a personas impredecibles y las personas
impredecibles no son fiables.
El tercer punto tiene que ver con la confianza. Confiar es
una opción. Nosotros decidimos confiar en una persona o no hacerlo. Cuando no
lo hacemos sabemos que nos exponemos a vivir con una determinada tensión todo
el proceso y cuando si lo hacemos apostamos a ciegas obviando el riesgo. Personalmente,
cuando decido confiar en alguien trato de descontar las pérdidas “bueno, si me
falla, habré perdido esto”, pero es difícil si te importa realmente lo que
arriesgas. Es entonces cuando se pone en valor la fiabilidad. Vivimos en un
mundo superconectado en el que tu puedes fallar una vez, dos, pero si es una
constante, tendrás que cargar con la etiqueta de “poco fiable” y de esa
etiqueta huye la gente
Sin duda, la vida es más fácil cuando te rodeas de gente
fiable, de gente sin conflictos y sin impredecibilidades, de gente de verdad,
con una sola cara, de gente con la que te relacionas sin tensiones ni
incertidumbres aún en las condiciones más extremas.
Por tanto declaro que solo quiero tener a mi lado a gente
fiable.
Y lo digo sincera y honestamente, lo digo porque es lo que
se espera de mi, y podéis confiar en que lo haré
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