“Mi padre vivía agobiado porque mi generación venía
mordiendo y yo vivo agobiado porque no le veo las ganas de morder a la
generación que viene detrás” decía mi amigo Jorge Segado el otro día.
Comentaba que, en la generación de nuestros padres, deseaban
algo y luchaban duro por ello aunque nunca llegasen a conseguirlo. En la
nuestra, deseábamos algo, luchábamos duro y casi siempre teníamos la recompensa
a nuestro esfuerzo. La generación que viene, cuando ha deseado algo, lo ha
tenido inmediatamente. Pero lo grave es que a nuestros hijos, les estamos dando
cosas antes de que las deseen.
Todo esto tiene una consecuencia tremenda y es que se ha
perdido la cadena ambición-esfuerzo-recompensa. A mi me gusta añadir ambición-esfuerzo-recompensa-...o
no, porque muchas veces el camino es igual de importante que la meta, como dice
Ángel Sanz.
La ruptura de esta cadena provoca una sociedad blanda, que
pierde la percepción de la dificultad de las cosas y es permeable a discursos
demagogos y cargados de sobre-promesas sin esfuerzo.
Una sociedad que exige mucho pero compromete poco.
Una sociedad en la que los héroes son aquellos que hacen
algo mientras el resto no hace nada. Hasta que ya es tarde y toca protestar,
echar la culpa a alguien y pedir que otro alguien te arregle el problema.
Es una sociedad propensa a la búsqueda de pelotazos,
soluciones rápidas y ajenas, como las píldoras de Matrix que te hacían asimilar
conocimientos en segundos.
Y en esto del aprendizaje y desarrollo me paro. Una frase
que he escuchado toda mi vida en la gente más joven cuando se enfrentaba a la
necesidad de dar más en el trabajo era: “es que me tienen que dar formación”.
Analicemos.
-“es que” es un giro lingüístico que implica la presentación
de una excusa
-El verbo "tener" implica obligación. Al estar conjugado en
tercera persona del plural, la obligación es de otro.
-“dar” implica gratuidad
-Y, finalmente, "formación" está utilizado bajo la acepción de
alguien que me cuenta lo que hay que hacer mientras yo me siento y escucho.
Llevado a otras palabras “la culpa de no dar más en el
trabajo es de la Empresa -u otros- que no han venido detrás de mío a regalarme métodos que
me hagan ser mejor sin esfuerzo…como es su obligación”
Aquí va mi receta:
-La Empresa es un ente abstracto y no está pendiente de ti,
solo del valor que aportas al accionista. ¿sabes quien si que se va a preocupar
por ti? Tú mismo. Exígete que te esfuerces un poco más, que te lo mereces.
-Trabaja para ti, para ser mejor cada día y tener valor por ti mismo. Pasas 10 horas al
día en tu trabajo y allí entrenas y entregas el valor que generas. El balance es ético.
-No aceptes que te regalen nada. No es un favor, tiene unas
consecuencias terribles y es que no sepas lo que cuesta conseguir las cosas.
-La formación no es pasiva. Te formas en un 20% con la teoría
y un 80% con la práctica. No se a que esperas.
-Nunca jamás pongas como excusa el acceso a la formación.
Hoy en día en la red tienes suficiente para formarte en todo lo que necesites.
Amazon, Ted, Blogs y hasta twitter son fuentes inagotables. Es más, las
universidades están empezando a colgar su contenido en abierto. Esto va de
buscarse la vida. A tu empresa pídele que te pague más porque ya te has
generado tú tu valor
El peor favor que le puedes hacer a alguien es estar
pendiente de él y anticiparse a sus necesidades. No creo en los planes de
carrera que crea la Empresa para sus empleados –de todas formas, nunca llegan a
nada- solo creo en los planes de carrera que los profesionales hacemos para
nosotros mismos porque implican compromiso, aplican esfuerzo y generan valor de
verdad.
Finalmente está el agradecimiento. Al no valorar el esfuerzo
propio, tampoco se valora el ajeno. El agradecimiento está en desuso. Me da vergüenza
ajena cuando oigo a alguien decir “me lo he ganando yo solo” y me hace recordar
toda la gente que me ha ayudado en mi vida. Este sistema crea individuos egoístas y carentes de empatía que solo ven lo que pueden conseguir de el de enfrente.
Dicho esto, mi intención es no volver a ayudar a nadie
proactivamente. Solo ayudaré a los que lo pidan con intensidad, especificando
lo que quieren y estando dispuestos a poner esfuerzo.
Otra cosa es un flaco favor
.
.
.
-foto vía Gema Martín
No hay comentarios:
Publicar un comentario