Hoy hay elecciones y se pone de manifiesto una de las 5
solas de la doctrina luterana: Sola Scriptura.
Me considero profundamente luterano, no en lo religioso pero
si en lo conceptual y lo que viene a decir la sola es que la Biblia es la que
es y no la interpretación que nos hagan de ella voces supuestamente
autorizadas. Es decir, si quiero saber lo que dice la Biblia tengo que leer la Biblia y si quiero saber si una ley es buena o mala, no
tengo que ir a leer El Mundo o El País, tengo que ir a leer la Ley.
Me pregunto cual es el número de descargas de los programas
electorales de los partidos, pero me temo que en esta sociedad latina
antropológicamente, somos de mucho aspaviento con poca información.
Yo lo hago y creo que sería bueno que en los programas no solo figurasen
promesas y buenas intenciones, sino también las contraprestaciones necesarias
para cumplirlas. Para evaluar una opción, me gustaría saber lo que cuesta. Es
decir, si quiero menos recortes tengo que pagar más impuestos y si quiero estar
en Europa, tendré que apoyar a países menos ricos –como lo hicieron conmigo
hasta ahora-. De verdad que no me asusta, solo quiero saberlo. Me gustaría que
los políticos tuviesen, por obligación, que decir lo que cuestan sus promesas.
“Les prometo que crearé empleo y para ello tengo que apoyar a los empresarios”.
“Les prometo que tendremos una sanidad pública y para ello les pido que sean
más solidarios en su contribución”.
Creo que la aceptación de que en la vida nada te viene
gratis nos convertiría en una sociedad más madura.
Más madura y más Luterana conceptualmente
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