Un antiguo profesor de colegio me decía que la cultura de
una persona se mide por el tamaño de su biblioteca. Y es así en términos de
conocimiento, de información, de inspiración, de contenido, etc.
La Vivioteca mide la cultura vital
Pero nada que ver cuando se trata de cultura vital, es decir, de la capacidad para que pasen las cosas. Es la diferencia entre “lo que se debería de hacer” y “lo que se puede hacer”. Es lo que te hace ver que ese equipo tan malo a veces gana a ese tan bueno. Es lo que convierte la teoría de la creatividad en ideas de verdad. Es el paso de lo conceptual a lo real.
Pero nada que ver cuando se trata de cultura vital, es decir, de la capacidad para que pasen las cosas. Es la diferencia entre “lo que se debería de hacer” y “lo que se puede hacer”. Es lo que te hace ver que ese equipo tan malo a veces gana a ese tan bueno. Es lo que convierte la teoría de la creatividad en ideas de verdad. Es el paso de lo conceptual a lo real.
Cuando se trata de cultura vital, lo que hay que medir es el
tamaño de nuestra VIVIOTECA. La Vivioteca es ese lugar en nuestro interior
donde almacenamos nuestras vivencias y las consecuencias de las mismas, las
positivas y las negativas, y que condicionan la forma en que nos relacionamos
con el mundo.
La Viviografía
En la biblioteca encontramos libros de aventura, pero en la vivioteca descargamos adrenalina de verdad y gracias a ello aprendemos a gestionar tanto la motivación como el autocontrol.
En la biblioteca hay libros llenos de fantasía, pero solo en
la vivioteca me enfrento al papel en blanco y la necesidad de crear.
En la biblioteca hay libros de geometría, pero es que en la
vivioteca me encuentro esos obstáculos que no permiten a la línea ser tan recta
como debería.
En la biblioteca, obviamente, tengo un diccionario que me
enseña el significado de cada palabra, pero es en la vivioteca donde aprendo a
poner cada una en su sitio y en su momento.
En la biblioteca tengo tratados de filosofía donde me dicen
cosas como que “el tiempo lo cura todo” pero es en la vivioteca donde acabo
llorando por la frustración
Nunca faltan las novelas de amor, pero solo la vivioteca me
enseña lo bello que hay en la imperfección del día a día.
En la vivioteca hay un amplio atlas emocional, que te
permitirá no perderte en los viajes difíciles.
También tienes un extenso catálogo de personas que te será
muy útil para entender que se puede pensar y sentir diferente. Puedes
coleccionar todos los fascículos que quieras.
La tinta de los libros no se puede borrar y tampoco la de la
vivioteca, porque los errores se imprimen en directo para que no los olvides.
Este libro lo tienes que escribir tú
Pero hay una cosa muy importante y es que los "libros" de la
vivioteca no se pueden prestar, porque el idioma en que están escritos solo lo
entiendes tú.
Por eso, si quieres aprender de algo solo tienes una opción:
salir a la calle a escribirlo por ti mismo
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