lunes, 3 de junio de 2013

YAYOI KUSAMA

Yayoi Kusama es una artista japonesa que ha colaborado con Louis Vouitton realizando una línea estética que aplica a productos, escaparates, etc… Su obra se caracteriza por lo psicodélico, el pop-art y especialmente por el uso compulsivo de topos, de lunares de colores. Pero lo que más llama la atención es que Yayoi Kusama vive desde 1973 internada en un psiquiátrico.


La reflexión a la que me lleva está relacionada con la importancia de la obsesión en el proceso creativo. Para crear, para obtener nuevas combinaciones de viejos elementos –como decía James Young Webb-, es necesario estar obsesionado, ponerle pasión, volcar toda tu energía, buscarle las vueltas al asunto hasta encontrar algo distinto, que genere emociones o utilidades y que sea notorio. Sin la obsesión, el proceso no es posible.

Hay otra cosa que llama la atención en Yayoi Kusama, y es que es feliz. Ella no está a disgusto en el psiquiátrico, todo lo contrario. Vive encerrada con su arte, entregada a su proceso creativo y abandonada a sus obsesiones particulares. Lo que para muchos sería una cárcel, para ella es un ecosistema de creación.

Pues bien, yo declaro que; 
En mi naturaleza está el tener la sensación de estar creando permanentemente. Creando proyectos, cosas, conceptos, ideas,… lo que sea. Si no tengo la sensación de que lo que estoy haciendo en este momento construye sobre algo, sencillamente, se me quitan las ganas. Lo necesito. En el momento en que las cosas dejan de crecer, dejo de regarlas y cambio de proyecto. No se mirar atrás, no se poner velocidad de crucero, no se acomodarme. Lo siento, no se.

Por eso, que no me pidan que haga las cosas a medias. Que no me pidan que me conforme con menos. Que no me pidan que me ponga cómodo y disfrute del paisaje, para eso hay otros que lo hacen muy bien. Que no me digan que es agotador, porque lo es ¿y qué?. Que no me digan que no puede durar mucho, porque así es, pero yo no pienso disfrutar con menos intensidad. Eso si, que no me digan que no es más divertido y excitante…

Efectivamente, soy preso de mi compulsión creadora, pero lo que tengo claro es que me hace una persona feliz, casi tanto como Yayoi Kusama

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