sábado, 13 de septiembre de 2014

AYUDAR A LA GENTE ES UN FLACO FAVOR


Mi padre vivía agobiado porque mi generación venía mordiendo y yo vivo agobiado porque no le veo las ganas de morder a la generación que viene detrás” decía mi amigo Jorge Segado el otro día.
Comentaba que, en la generación de nuestros padres, deseaban algo y luchaban duro por ello aunque nunca llegasen a conseguirlo. En la nuestra, deseábamos algo, luchábamos duro y casi siempre teníamos la recompensa a nuestro esfuerzo. La generación que viene, cuando ha deseado algo, lo ha tenido inmediatamente. Pero lo grave es que a nuestros hijos, les estamos dando cosas antes de que las deseen.

Todo esto tiene una consecuencia tremenda y es que se ha perdido la cadena ambición-esfuerzo-recompensa. A mi me gusta añadir ambición-esfuerzo-recompensa-...o no, porque muchas veces el camino es igual de importante que la meta, como dice Ángel Sanz.

La ruptura de esta cadena provoca una sociedad blanda, que pierde la percepción de la dificultad de las cosas y es permeable a discursos demagogos y cargados de sobre-promesas sin esfuerzo. 
Una sociedad que exige mucho pero compromete poco.
Una sociedad en la que los héroes son aquellos que hacen algo mientras el resto no hace nada. Hasta que ya es tarde y toca protestar, echar la culpa a alguien y pedir que otro alguien te arregle el problema.
Es una sociedad propensa a la búsqueda de pelotazos, soluciones rápidas y ajenas, como las píldoras de Matrix que te hacían asimilar conocimientos en segundos.

Y en esto del aprendizaje y desarrollo me paro. Una frase que he escuchado toda mi vida en la gente más joven cuando se enfrentaba a la necesidad de dar más en el trabajo era: “es que me tienen que dar formación”.

Analicemos.
-“es que” es un giro lingüístico que implica la presentación de una excusa
-El verbo "tener" implica obligación. Al estar conjugado en tercera persona del plural, la obligación es de otro.
-“dar” implica gratuidad
-Y, finalmente, "formación" está utilizado bajo la acepción de alguien que me cuenta lo que hay que hacer mientras yo me siento y escucho.

Llevado a otras palabras “la culpa de no dar más en el trabajo es de la Empresa -u otros- que no han venido detrás de mío a regalarme métodos que me hagan ser mejor sin esfuerzo…como es su obligación

Aquí va mi receta:
-La Empresa es un ente abstracto y no está pendiente de ti, solo del valor que aportas al accionista. ¿sabes quien si que se va a preocupar por ti? Tú mismo. Exígete que te esfuerces un poco más, que te lo mereces.
-Trabaja para ti, para ser mejor cada día y tener valor por ti mismo. Pasas 10 horas al día en tu trabajo y allí entrenas y entregas el valor que generas. El balance es ético.
-No aceptes que te regalen nada. No es un favor, tiene unas consecuencias terribles y es que no sepas lo que cuesta conseguir las cosas.
-La formación no es pasiva. Te formas en un 20% con la teoría y un 80% con la práctica. No se a que esperas.
-Nunca jamás pongas como excusa el acceso a la formación. Hoy en día en la red tienes suficiente para formarte en todo lo que necesites. Amazon, Ted, Blogs y hasta twitter son fuentes inagotables. Es más, las universidades están empezando a colgar su contenido en abierto. Esto va de buscarse la vida. A tu empresa pídele que te pague más porque ya te has generado tú tu valor

El peor favor que le puedes hacer a alguien es estar pendiente de él y anticiparse a sus necesidades. No creo en los planes de carrera que crea la Empresa para sus empleados –de todas formas, nunca llegan a nada- solo creo en los planes de carrera que los profesionales hacemos para nosotros mismos porque implican compromiso, aplican esfuerzo y generan valor de verdad.

Finalmente está el agradecimiento. Al no valorar el esfuerzo propio, tampoco se valora el ajeno. El agradecimiento está en desuso. Me da vergüenza ajena cuando oigo a alguien decir “me lo he ganando yo solo” y me hace recordar toda la gente que me ha ayudado en mi vida. Este sistema crea individuos egoístas y carentes de empatía que solo ven lo que pueden conseguir de el de enfrente.

Dicho esto, mi intención es no volver a ayudar a nadie proactivamente. Solo ayudaré a los que lo pidan con intensidad, especificando lo que quieren y estando dispuestos a poner esfuerzo.
Otra cosa es un flaco favor
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-foto vía Gema Martín

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