domingo, 1 de febrero de 2015

HIENAS

Señores políticos, ser honrado es de pringaos.

Al menos es lo que me transmiten cada día los de los sobres, los de los EREs y los populistas pluriempleados.
Los veo discutiendo sobre si un modelo es bueno o malo, sin darse cuenta de que son ustedes los que los hacen todos malos con su inmoralidad.
Pero también me lo transmiten los jueces con moral política, los supervisores vendidos a los intereses del poder económico, los banqueros avariciosos, los medios de comunicación abaratados en lo económico y lo moral y los sindicalistas de consejo de administración.
No acaba ahí, también los auditores por encargo, los asesores serviles, los consultores vendehumos, los vendedores inmorales, los compradores sin IVA, los gourmets de cuenta corporativa, los trepas, los quejicas…

Señores políticos, no me expliquen lo que pasa, ya lo veo yo.
Veo a los que “cogen” la baja, como si fuese una opción. Piensan que la baja la paga la empresa esa a la que tanto odian. Pues no, tu baja la pago yo. A ver cuanto tardamos en verbalizar el “derecho a coger la baja”. La baja no la coges, te la dan.
Veo a profesores –algunos- que se indignan por tener que hacer un test para evaluar su nivel. Entiéndanme, en mi empresa yo evalúo y soy evaluado. Es la única forma de mejorar, y tenemos mucho que mejorar.
Presumimos de solidarios, pero seguimos aparcando en inválidos.
Vivimos por encima de nuestras posibilidades y, cuando ya no podemos más, le exigimos al moderado que comparta lo que tanto le ha costado construir.
Miramos tanto la responsabilidad de los demás que se nos olvida la propia.

Así con todo.

Considero ser honrado el esforzarte cada día con la intención de contribuir a una sociedad mejor, sin perjudicar ni aprovecharte de nadie y respetando las normas comunes. Todo ello respetando la diversidad y la libertad.

Pues mi elección es intentar ser honrado aunque también implique ser un pringado.

Por ello, queridos políticos, seguid ahí, como hienas masacrándoos por manejar el dinero de mis impuestos pero ni se os ocurra subir a un atril pagado con el sufrimiento y la libertad de gente honrada -de aquí o de Venezuela-, a darme lecciones de moral.

Porque la moral es una responsabilidad individual, incluidos ustedes

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